domingo, 16 de agosto de 2009

DERECHOS DE LA MUJER

Vengo desde el ayer
desde el pasado oscuro y olvidado
con las manos atadas por el tiempo
con la boca sellada desde épocas remotas.

Vengo cargada de dolores antiguas,
recogidas por siglos, arrastrando
cadenas largas y indestructibles.

Vengo desde la oscuridad,
del pozo del olvido
con el silencio as cuestas,
con el miedo ancestral
que ha corroído mi alma
desde el principio de los tiempos.

Vengo de ser esclava por milenios
esclava de maneras diferentes
sometida al deseo de mi raptor en Persia,
esclavizada en Grecia bajo el poder romano
convertida en vestal en las tierras del Egipto
ofrecida a los dioses en ritos milena res
vendida en el desierto
o canjeada como una mercancía.

Vengo de ser apedreada por adúltera
en las calles de Jerusalén
por turba de hipócritas,
pecadores de todas las especies
que clamaban al cielo mi castigo.

He sido mutilada en muchos pueblos
para privar mi cuerpo de placeres
y convertida en animal de carga,
trabajadora y paridera de la especie.

Me han violado sin límite
en todos los rincones del planeta
sin que cuente mi edad madura o tierna
o importe mi color o mi estatura.

Debí servir ayer a los señores,
prestarme a sus deseos,
entregarme,
donarme,
destruirme,
olvidarme de ser una entre miles.

He sido barragana de un señor en Castilla,
esposa de un marqués
y concubina de un comerciante griego,
prostituta en Bombay y en Filipinas
y siempre ha sido igual mi tratamiento.

De unos y de otros siempre esclava
de unos y de otros dependiente,
menor de edad en todos los asuntos,
invisible en la historia más reciente.

Y no tuve la luz del alfabeto
durante largos siglos
aboné con mis lágrimas
la tierra que debí cultivar
desde mi infancia.

He reconocido el mundo
en millares de vidas
que me han sido
entregadas una a una.

Y he conocido a todo
los hombres del planeta
los grandes y pequeños,
los bravos y cobardes,
los viles,
los honestos,
los buenos,
los terribles.

Mas casi todos llevan
la marca de los tiempos.
Unos manejan vidas
como amos y señores,
asfixian,
aprisionan y aniquilan...

Otros dejan almas,
comercian con ideas,
asustan o seducen,
manipulan y oprimen.

Y los conozco a todos,
estuve cerca de unos y de otros,
sirviendo cada día,
recogiendo migajas,
bajando la cerviz a cada paso,
cumpliendo con mi tarea.

He recogido todos los caminos
he arañado paredes y ensayado silencios
tratando de cumplir con el mandato
de ser como ellos quieren
mas no lo he conseguido.

Jamás se permitió que yo escogiera
el rumbo de mi vida.
He caminado siempre en una diyuntiva
ser santa o prostituta.

He conocido el odio de los inquisidores
que en nombre de la santa madre iglesia
condenaran mi cuerpo a su servicio
y a las infames llamas de la hoguera.

Me han llamado de múltiplas maneras:
bruja,
loca,
adivina,
pervertida,
aliada de satán,
esclava de la carne,
seductora,
ninfómana,
culpada de todos los males de la tierra.

Pero seguí viviendo,
orando,
cosechando,
cosiendo
construyendo
cocinando,
tejiendo,
curando,
protegiendo,
pariendo,
criando
amamentando,
cuidando,
y , sobre todo,
amando.

H e poblado la tierra
de amos y de esclavos,
de ricos y mendigos,
de genios y de idiotas,
pero todos tuvieran
el calor de mi vientre,
mi sangre y su alimento
y se llevaran un poco de mi vida.

Logré sobrevivir a la conquista
brutal y despiadada de Castilla
en las tierras de la América
pero perdí mis dioses y mi tierra
y mi vientre parió gente mestiza
después que el amo me tomó por la fuerza.

Y en este continente mansillado
proseguí mi existencia
cargada de dolores cotidianas
negra y esclava en medio de la hacienda
me vi obligada a recibir el amo
cuantas veces quisiera
sin poder expresar ninguna queja.

Después fue costurera
campesina,
sirvienta,
labradora,
madre de muchos hijos miserables ,
vendedora ambulante,
curandera,
cuidadora de niños o ancianos
artesana de manos prodigiosas
tejedora,
bordadora,
obrera,
maestra,
secretaria,
enfermera.

Siempre sirviendo a todos,
convertida en abeja o sementera
cumpliendo las tareas más ingratas
moldeada como cántaro por las manos ajenas.

Y un día me dolí de mis angústias,
un día me cansé de mis trajines,
abandoné el desierto y el oceano,
bajé de la montaña,
atravessé las selvas y confines
y convertí mi voz dulce y tranquila
en bocina del viento
en grito universal y enloquecido.

Y convoqué a la viuda,
a la casada,
a la mujer del pueblo,
a la soltera,
a la madre angustiada,
a la fea,
a la recién parida,
a la violada,
a la triste,
a la callada,
a la hermosa,
a la pobre,
a la afligida,
a la ignorante,
a la fiel,
a la engañada,
a la prostituida.

Vinieran miles de mujeres juntas,
a escuchar mis arengas,
se habló de los dolores milenarios
de las largas cadenas,
que los siglos nos cargaran as cuestas.

Y formamos con todas nuestras quejas
un caudaloso río
que empezó a recoger el universo
alegando la injusticia y el olvido.

El mundo se quedó paralizado,
los hombres y mujeres no caminaran,
se pararan las máquinas,
los tornos,
los grandes edificios y las fábricas,
ministerios y hoteles,
talleres y oficinas
hospitales y tiendas,
hogares y cocinas.

Las mujeres por fin,
lo descubrimos.
Somos tan poderosas como ellos
y somos muchas más sobre la tierra !
Más que el silencio y más que e sufrimiento !
Más que la infamia y más que la miseria !

Que este canto resuene
en las lejanas tierras d Indochina,
en las arenas cálidas del África
en Ala ka y en la América Latina
llamando a igualdad entre los géneros
a construir un mundo solidario
- distinto, horizontal,
sin poderíos
a conjugar ternura, paz y vida,
a beber de la ciencia sin distinguir.

A derrotar el odio y los prejuicios
el poder de unos pocos,
las mesquinas fronteras,
a amasar con las manos de ambos los sexos
el pan de la existencia .

Xah Olg



























lunes, 3 de agosto de 2009

El Grotesco

El demonio de mis sueños
ríe con sus labios rojos,
sus negros y vivos ojos
sus dientes finos y pequeños,
y jovial y picaresco
se lanza a un baile grotesco
luciendo el cuerpo deforme
y su enorme joroba...
Es feo y barbudo,
chiquitín y panzudo
yo no sé por que razón,
de mi tragedia, bufón
te ríes...
Mas tu eres vivo
por tu danzar sin motivo
alienado,
sin corazón...