Daba el reloj las doce...
Y eran doce golpes que ,
metálicos y secos, herian...
...Mi hora! - grité -
El silencio me respondió:
- No temas;
Tu no verás caer la última gota
que en su pálpabro tiembla.
Dormirás muchas horas,
todavia sobre la orilla vieja,
y encontrarás en una mañana pura,
amarrada tu barca ,
a otra ribera ...
( a un amigo mui especial, que me está
enseñando como llevar esta barca )
sábado, 23 de mayo de 2009
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