
Mujer, que te has venido con el alma estrujada
Por la ácida y torva vida de la ciudad:
Cúrate en silencio, ama tu casa aislada,
Bendice este paréntesis, suave, de soledad.
Torna a ser como antes dulce y despreocupada,
Olvida que conoces cansancio y saciedad...
Que bajo tu corteza gris de civilizada
Surja la salvaje que adormió la ciudad!
Con este invierno tan frío y gélido
Mujer, que te averguence tu taciturnidad!
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