Es una tarde cenicienta ,
destartelada, como el alma mia...
Y esta vieja angustia
que habita mi usual hipocondría.
La causa de esta angustia
no consigo, ni vagamente
comprender siquiera;
pero recuerdo,
y recordando, digo:
-Si, tu era niño
y yo...Tu compañera!
miércoles, 22 de abril de 2009
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